A veces me saca de mi mundo adulto, con mis obligaciones, las prisas y las preocupaciones y me vuelve a enseñar a reír de nuevo así. También me lleva a mundos con dinosaurios y fantasmas, con cocodrilos, volcanes y lava. A un mundo donde existen los saltos imposibles y donde todo es posible. Porque ellos vienen a la realidad saliéndose de ella y así aprenden y disfrutan, y nosotros también podríamos hacerlo si nos atreviéramos a recuperar esa parte casi olvidada.
 
 

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