Última modificación: 12 abril 2019

En cuanto vi a este pajarillo a través de la ventana salí corriendo a por la cámara, busqué a toda prisa el teleobjetivo, le puse el adaptador, encendí la cámara mientras subía las escaleras y comprobé los ajustes: apertura al máximo (para que entrara mucha luz y la velocidad fuera rápida, para congelar el movimiento y para que el fondo estuviera lo más difuminado posible), enfoque manual (para que no se fuera a otro lugar), disparo en ráfaga rápida… Después de todo no sabía si seguía allí el pequeño pájaro. Estaba y me emocioné. La composición en vertical… apunto, disparo durante varios minutos y noto que he conseguido la foto que quería, ¡suspendido en el aire!

Que nunca te dé pereza ir a buscar la cámara.

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